Adictos a tu sabor, mis labios recorren la via lactea de tu cuerpo guiados por oscuras estrelllitas que salpican la piel entre la curva del hombro y el perfil de tu mentón.
Al llegar allí , nadie puede reprocharles que necesiten hacer una parada, que se desvien del camino para tomar aire de tu aliento y beber de la fuente de tu boca. Solo despues de hacerlo retoman el sendero y bajan por el lado izquierdo del cuello alcanzando, por fin, el valle de tus pechos donde los pezones, ahora duros, son tentación irresistible....., los lamen, pellizcan y besan , saciandose de ellos antes de continuar por tu vientre de mujer en celo.
La última estrella está situada en tu cadera anunciando la llegada al destino final , ese sitio donde mi boca se funde con la humedad de tu cuerpo , donde te devoro incansable, paladeando tu miel, penetrando en tu interior y recorriendote arriba y abajo, hasta que tus caderas se arquean y el placer se hace insoportable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario